Se describe un proceso
constituido por dos fases principales, primeramente se someten los materiales a
una pirolisis y en segundo lugar para lograr la separación de las partes metálicas
se hace una electrólisis.
Las ventajas fundamentales de
este proceso son las siguientes:
- Es
innecesaria la clasificación inicial del material a reciclarse.
- Su
realización práctica es resistente e insensible a las impurezas que puedan
encontrarse (no se producen residuos que contaminen el medio ambiente).
- Es
económicamente rentable.
Como ya se ha
dicho el procedimiento se compone de:
1) Pirolisis: El
material se introduce en un horno a una temperatura de 450ºC-500ºC y una
presión reducida de 2660-6650 Pa. Por una destilación se separan los volátiles
(agua, dióxido de carbono, monóxido de carbono, ácido clorhídrico, cloruro de
amonio y la mayor parte del contenido de mercurio, que no se evapora
cuantitativamente) en el horno. Estos volátiles pueden ser lavados en columnas
de lavado. A la temperatura de trabajo se carbonizan los plásticos, almidón,
componentes orgánicos y pinturas. Para evitar la oxidación de los metales se
hace en atmósfera inerte o reductora.
2) Electrólisis:
En este procedimiento, puede ser conveniente tratar la escoria de la pirolisis
previamente con agua o un ácido borofluórico diluido. Después se filtra la
suspensión, y el filtrado se introduce en un sistema de cristalización de las
sales contenidas en él, y el pastel de filtro es llevado a electrólisis.
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