El
siguiente planteamiento desarrolla un proceso basado en el uso de un horno de
inducción. Con este procedimiento se ahorran muchos costes de la tarea de
desmontaje manual, ya que no es necesario llevarlo a cabo de una manera tan
profunda.
Tras
la trituración y molienda general para todos los procesos descritos, se hace
una primera separación por flotación, en la que se retiran gran parte de los
componentes plásticos.
El
proceso se desarrolla en torno al horno de inducción, en cuyo interior la
chatarra es sometida a un baño de un metal fundido (normalmente hierro) a una
temperatura de 1300-1600 ºC. Hay que asegurarse de que a la temperatura
alcanzada los metales se funden.
Mientras
que el baño se está calentando, está sometido a las condiciones turbulentas
debido a la alta intensidad de las corrientes inducidas. Esta turbulencia ayuda
a la mezcla de los residuos electrónicos y a igualar la temperatura del baño.
Los
metales más ligeros (zinc, cadmio, etc.) y los componentes orgánicos se
volatilizan y abandonan el horno como gases. Estos gases serán recogidos por un
colector de gases. Como los hornos de inducción utilizan corriente eléctrica
como fuente de energía, no se producen gases al suministrar energía al sistema,
por lo que el volumen de gases a tratar disminuye.
Después
del periodo en el que la chatarra electrónica es alimentada, la corriente de
inducción usada para calentar se apaga. Así las corrientes turbulentas del baño
se minimizan. Cuando la carga se asienta, lo hace en diferentes capas
dependiendo de la densidad específica de los metales.
Los metales pesados estarán
en las capas bajas del baño y los ligeros en la parte alta. Se pueden extraer
del horno por arriba y por abajo, o bien, disponer de varias salidas a
distintas alturas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario